El abrigo raro de Robert Pattinson en la MET Gala 2023 es la nueva normalidad de la moda

El actor está a la vanguardia de una generación que se arriesga, y le sale bien.

Hace unos años, que Robert Pattinson hubiera llevado falda habría provocado cortes de respiración. Incluso si hubiera sido en un evento como la MET Gala 2023. Sin embargo, el actor siempre ha estado a la vanguardia de hacer cosas nuevas y raras que molan. Todo el mundo se ha acostumbrado a ello. La era de la experimentación en la moda masculina está en su máximo esplendor. Y nunca habría sido tan brillante, ni tan próspera, sin alguien como él.

En la MET Gala de este año –una oda al difunto Karl Lagerfeld, fallecido a principios de 2019–, Pattinson se ha decantado por un abrigo drapeado de Dior Men. Es el Dior clásico bajo la administración de Kim Jones: una era en la que el director creativo en funciones equilibra los archivos inmaculados con una visión de ciencia ficción, a lo Dune. El la dosis justa de rareza en la moda: teatral, pulida, familiar y nunca antes vista a la vez.

Pero lo raro ya no es tan raro. Incluso en una noche como la de la MET Gala, en la que se anima a los invitados a dar rienda suelta a su histrión interior, la negativa de Pattinson a someterse a las viejas costumbres ha establecido una nueva normalidad.

Es el lugar perfecto donde estar. Y, por supuesto, ha aumentado la manera de abordar los clásicos. Eso sí, ya no se trata de que el péndulo oscile de un lado a otro; esto no es el reloj del abuelo. Es más bien como un Jackson Pollock en ciernes: ya no hay colorido entre líneas, ni una agenda única, ni una línea clara hacia la que se dirige próxima gran tendencia. Cada uno hace las cosas a su manera, y eso solo puede acabar en obra maestra.

Por supuesto, los grandes looks de la MET Gala siempre prestan atención al código de vestimenta. Es un Dior de corte certero. Pero hay un eco de Lagerfeld en la forma en la que se mueve la falda drapeada y en el broche estilo Chanel, y en el hecho de que le dé igual todo. De la misma manera que el espléndido abanico de James McAvoy, el homenaje de Pattinson fue sutil.

Pero hay un indicador más significativo de lo lejos que ha llegado el armario de Pattinson. Este extraño abrigo de moda funcionaría –y prosperaría– en cualquier otra alfombra roja.

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